jueves, 18 de febrero de 2010

El llamado a la verdad

Me sorprende las personas que en una especie de optimismo tirano ocultan la verdad de los hechos ya sea por que son muy inocentes, que es la minoría de los casos, o por que son unas bestias salvajes que buscan aprovecharse de las personas que con un gran sentido de compromiso adquieren valor para seguir adelante a partir de manifestaciones personales que van desde el optimismo alegre hasta la resignación mas estoica.

Como es posible que a traves de un cuento de violencia morbosa esten comprando la conciencia de tantos colombianos. No puedo creer que entre los tantos compatriotas con los cuales convivo se encuentren personas que se regocijan en la muerte de sus hermanos, aunque no sean precisamente buenas personas, como si aumentar la franja roja de nuestra bandera, que fue pensada para nuestros heroes caidos, nos fuera a llevar a experimentar una mejor calidad de vida y nos fuera a conducir al extasis de la justicia lograda sin ni siquiera mover un dedo.

Es importante ver para donde va unos de los paises mas favorecidos del mundo en cuanto a posición y disposición de recursos. No podemos seguir creyendo que no hay alternativas, hay que apostar, y debemos reflexionar en nuestro deber como colombianos: ser concientes de que la realidad del país se construye entre todos, no esperanzados en las promesas mesianicas de un gobierno que usa y abusa de la buena y mala voluntad, de todo hay, de su pueblo.

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